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Contribuirá a minimizar el riesgo de incendio que supone la propagación de la pelusa en más de 360 km de bosques de ribera. Este año se amplía la campaña en las comarcas del Ebro del Montsià, Baix Ebre y Ribera d’Ebre
Etiquetas naturaleza patrimonio, medio ambiente
Publicado el14/5/2018
El Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación está actuando estos días para prevenir los incendios forestales que tienen su origen en los bosques de ribera. Las primeras actuaciones se han llevado a cabo en la comarca del Segrià. La campaña está previsto que finalice a principios del mes de junio en la parte más oriental de Catalunya según los diferentes periodos de floración.
En total, se actuará sobre unos 400 km para conseguir reducir el riesgo de ignición que supone la propagación del fuego por la pelusa que producen los árboles de ribera, básicamente el Populus alba (álamo) y el Populus nigra (chopo). La campaña de prevención de este tipo de incendios se basa en un operativo del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación formado por personal de las 4 unidades del Servicio de prevención de incendios Forestales, a través del GEPIF (Grupo Especial de prevención de Incendios Forestales) que son las encargadas de llevar a cabo los trabajos de rociado con agua para compactar la pelusa y reducir el riesgo de ignición y unos 50 agentes del cuerpo de agentes Rurales de las diferentes comarcas, los cuales llevarán a cabo el seguimiento de los 360 puntos localizados. Estos efectivos contarán con la colaboración de las ADF que con su disponibilidad de voluntariado actuarán en las comarcas de Barcelona y la Catalunya Central.
Estas actuaciones se llevan a cabo en zonas predeterminadas de las comarcas de la Catalunya Central (Anoia, Solsonès, Bages, Berguedà y Osona), Lleida (Noguera y Segrià) y Barcelona (Barcelona, Garraf, Maresme, Vallès Occidental, Vallès Oriental y Barcelona). Este año se amplía la campaña en las comarcas del Ebro del Montsià, Baix Ebre y Ribera d’Ebre.
Momento del tratamiento
La importancia de esta campaña como herramienta de prevención de incendios
El objetivo de la campaña es la prevención de daños tanto personales como materiales, sin olvidar la importancia biológica de estos espacios, para que las riberas son verdaderos corredores biológicos donde habitan multitud de especies de fauna, especialmente aves, que en esta época inician el periodo reproductor. También se evitan daños a propiedades privadas y en plantaciones forestales y cultivos de árboles frutales.
Los trabajos de la campaña consisten en dos medidas principales: la aplicación de agua y el precinto de las áreas recreativas.
Aplicación de agua sobre el terreno cubierto de pelusa
Esta acción trata de conseguir la eliminación de la inflamabilidad de las masas algodonosas de pelusa. La actuación se realiza en las zonas de afluencia de gente, a los márgenes de caminos y los arcenes de las carreteras afectadas, y consiste en la aplicación de agua sobre la pelusa a fin de eliminar la capacidad de ignición y propagación. Se hace con una máquina donde se adapta un cañón con una turbina de aire-agua y rociadores instalados en los vehículos de extinción o con mangueras, lanzando agua sobre esta capa esponjosa de combustible seco, compactandolo y eliminando mucha parte del oxígeno, imprescindible para crear llama.
La problemática de la pelusa
El chopo (Populus nigra) es un árbol caducifolio de la familia de las salicáceas que vive en los bosques de ribera y lugares húmedos, y, fuera de las zonas más secas, en las tierras removidas de los terraplenes. La polinización de esta especie aprovecha el viento. De abril a mayo, cuando maduran, liberan unas semillas minúsculas que presentan largos pelos algodonosos y pueden ser transportadas muy lejos por el viento. Como forma de reproducción, en zonas donde abunda esta especie, las masas algodonosas entonces (conocidas coloquialmente como pelusa) pueden ser transportadas muy lejos por el viento, como si estuviera nevando, y llegan a crear verdaderas cubiertas sobre el suelo. Estas masas algodonosas entonces presentan una inflamabilidad extraordinaria por su estructura volátil y ligera, con lo cual se convierten en un grave problema de cara al inicio de incendios si coinciden estas zonas nevadas con lugares con afluencia de personas.
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